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viernes, 26 de junio de 2009

La familia integral: El proyecto divino

La familia integral: El proyecto divino.
Por Israel González

“¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?
Mateo 13: 55-56

Introducción
La familia puede ser el sitio donde encontramos amor, comprensión, apoyo y seguridad aun cuando falte todo lo demás; es el lugar donde podemos refrescarnos y recuperar energías para enfrentar con mayor eficacia el mundo exterior. Pero para millones de personas esto es nada más un sueño. - Virginia Satir.

Jesús validó la institución familiar. El mismo llegó al mundo a través de una familia en la cual, además de padres, tuvo hermanos y hermanas. Jesús experimento una niñez de crecimiento integral, tanto físico como intelectual, social y espiritual. Su primer milagro lo realizó en una boda. Hizo muchos otros milagros que demostraron su preocupación por la familia, mucho de su ministerio público estuvo dirigido a la familia.

Hablar de la familia es hablar de uno mismo, es reconocer en qué tipo de familia nos formamos y qué tipo de familia deseamos formar. En ella se viven toda clase de situaciones que nos permiten experimentar sentimientos y pensamientos que nos llenan de amor, alegría, tristeza y dolor que a fin de cuentas nos llevan a ser la persona que somos y queremos ser. La familia debe ser el lugar donde se nutren los afectos, lo mismo que se cuida la alimentación, la higiene y el orden. Formar una familia es algo grandioso y a la vez una enorme responsabilidad, y no es exagerado decir que depende totalmente de la pareja el tipo de familia que cada uno y los dos estén dispuestos a formar.

La primera institución que Dios creó fue el matrimonio. En efecto, estableció sólo tres instituciones – el hogar o familia, el gobierno y la iglesia. Estas tres instituciones forman los cimientos fundamentales de una sociedad sana y bien ordenada.

Pero.... ¿Cómo se forma una familia?
1. La familia tiene origen en Dios mismo.
No es el fruto de la mera necesidad de perpetuar la especie, ni el producto natural de dos seres que se aman. Hablar de la familia es hablar de un tema que tiene origen en Dios mismo. Desde la perspectiva de Dios el matrimonio y la familia pertenecen al orden de la creación.

2. La familia, es el núcleo en donde se estimula el crecimiento integral.
Hablar de la familia es hablar de uno mismo, es reconocer en qué tipo de familia nos formamos y qué tipo de familia deseamos formar. En ella se viven toda clase de situaciones que nos permiten experimentar sentimientos y pensamientos que nos llenan de amor, alegría, tristeza y dolor que a fin de cuentas nos llevan a ser la persona que somos y queremos ser. La familia debe ser el lugar donde se nutren los afectos, lo mismo que se cuida la alimentación, la higiene y el orden.

La educación
Para el logro de su propósito se requiere el cumplimiento de 3 responsabilidades fundamentales, siendo la primera de ellas: La educación.

La educación en Israel siguió siendo una fuerza constante y poderosa en las casas israelitas y en la sociedad israelita. La forma y el contenido de la educación cambiaron con las necesidades de tiempos y lugares diversos. En el periodo inicial, los maestros principales eran la tribu y la familia. En el siglo I a.C., la educación era universal y obligatoria para los niños y hombres judíos.
En la educación primaria, los niños judíos aprendían a leer y aprendían de memoria pasajes de la Biblia hebrea, especialmente, el Pentateuco. A las niñas se las instruía en las labores domésticas. Las mujeres también recibían instrucción en campos tales como el de la medicina y la asistencia a los partos.

Fue, durante siglos, la única forma de educación existente en Israel, y aun cuando advinieron otras formas, continuó siendo la educación fundamental. Era una obligación para la familia educar a sus hijos, según el precepto de Moisés que reproduce la Voluntad de Dios: "Enseñaréis estas palabras a vuestros hijos para que las mediten, hablando de ellas cuando estéis en casa, o de camino, al acostaros y al levantaros"

La historia educativa de los hebreos ha variado al compás de sus mudanzas políticas y sociales. En un principio se ciñe a la vida patriarcal del pueblo. La educación tenía su centro de gravedad en la familia: El padre era el maestro principal, no había escuelas de ningún género.
El patriarca es la fuente y símbolo de la educación. En el cobra la ley un sentido de realidad.
El Pentateuco rige minuciosamente la vida de la niñez. Prescribe las normas morales, las ideas religiosas, las festividades, la historia, etc., que el niño debe aprender desde los más tiernos años. Sobre esta base religiosa e histórica se le enseña al niño la lectura y escritura. El mandato de escribir en los umbrales de las puertas, fragmentos de la ley, encierran virtualmente la obligación de enseñar a leer y escribir.

Desde el principio de los tiempos con frecuencia Dios se sirvió de una familia para llevar adelante sus propósitos: lo hizo con Adán y Eva, con la familia de Noe, con la familia de Abraham, y con la familia de José y María. ¿Seguirá ocupando nuestra familia el lugar estratégico que ocupo la familia en el tiempo antiguo? Para que la familia permanezca incluida en los planes de Dios, es necesario que los padres cumplan con el modelo de Dios para sus hijos. Hablar del rol de educar es hablar de transmitir los valores del reino de Dios a través del ejemplo, ya que nuestras acciones son mas eficaces que nuestras palabras: “Explicamos lo que sabemos, pero enseñamos lo que somos.”
Educar
“Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartara de el,”
Proverbios. 22:6

1. La FAMILIA es el factor aislado más importante en la formación del carácter de una persona. Lo prepara para poder alcanzar su destino y autorrealización más acabada, o lo mutila e inhibe para lograr su potencial original.

2. La instrucción y la formación de valores, principios, actitudes, costumbres, se da como consecuencia de lo aprendido en la familia.

• Ahí es donde se podrán darse valores como el respeto, “a mis padres, a mis mayores, y a todos aquellos con los que convivo cada día.”.
• La gratitud, “Por cada detalle que recibo y sucede en mi vida, por el cuidado, el afecto de quienes me aman y procuran mi bienestar; la integridad, “Con la cual puedo caminar firme, sabiendo que estoy haciendo lo correcto y que siempre daré lo mejor de mi.
• La constancia, es decir la diligencia para lograr lo propuesto y continuar con lo que tengo (La capacidad de comprometerme y cumplir);
• La moralidad, el como llevar una vida ordenada y honesta, motivo de respeto y aprecio de quienes me observan.

3. Los padres tienen la responsabilidad de enseñar a sus hijos en el hogar. A veces tenemos la tentación de pensar que nuestros hijos lo pueden aprender todo en la escuela y no nos tomamos tiempo en el hogar para enseñarles, Dicen que Dios no tiene nietos. Cada cual necesita tener una experiencia propia, personal e intima con Dios. El cultivo de una fe propia y personal en la vida de nuestros hijos viene cuando memorizan la Palabra de Dios. El Espíritu Santo es fiel para hacerles recordar un texto en el momento de decisión y guardarlo del pecado.

4. La familia (Génesis 2:18-25) debía constituir el refugio para que sus miembros se prepararan para ingresar a la sociedad y sirvieran a Dios y a sus semejantes.
•La familia es básica para el adulto (Génesis 2:20-22).
•La familia es básica para los niños (Proverbios 22:6).

5. Factores de mayor influencia en los niños:
a. La familia
b. Compañeros
c. Escuela
d. Iglesia
e. Vecindario

Un ratoncito puede vivir en una caja de pan, pero esto no lo convierte en pan. Igualmente, si un niño nace en un hogar de padres cristianos, no quiere decir esto que tenga asegurada una salvación automática. Esto exige enseñanza, instrucción, educación, platicas, paciencia y cariño. Sobre todo la inspiración de una vida ejemplar.

La familia de acuerdo con los principios de la Biblia, no esta para someter a los individuos, sino mas bien para hacerlos responsables y capacitarlos para la vida en comunidad y servicio al prójimo y al mundo, a fin de cumplir con el mandato del Señor, “señorear” sobre lo creado.

CONCLUSION:
¿Como esta mi familia en este aspecto?,
¿Esta cumpliendo, mi familia con esta responsabilidad?
¿Donde estoy en este momento?
¿Que puedo hacer para cambiar la situación actual?

Haga usted su propia evaluación e inicie a trabajar con aquellos aspectos que desafortunadamente haya descuidado… aún es tiempo.